lunes, 22 de enero de 2018

LEONOR RIVEROS










Escritora independiente nacida en el Departamento de Quindío, Colombia y radicada en la ciudad de Bogotá. Asiste como invitada a encuentros literarios en varias ciudades colombianas y participa en recitales de poesía. Ha obtenido varios reconocimientos por su calidad literaria en concursos y festivales de poesía. Parte de su obra ha sido publicada en antologías y revistas, pero la mayoría de sus poemas siguen inéditos.
Es integrante del Grupo Poético Esperanza y Arena, colectivo con 27 años de experiencia en Talleres de Creación literaria.
Tiene 3 libros preparados, aún sin editar y que se titulan: “Brillos de la noche”, “Zaguán de palabras” y “Desde el alma”, este último próximo a publicarse.


ALGUNOS DE SUS POEMAS

              Amor ciego


Imagino tus ojos ausentes de mirada,
entonces me apuro a tatuarla en la mía para no olvidarla.
¿Por qué?
Porque así yo quiero, porque se me antoja,
porque ha dejado invisibles huellas
de amor crucificado en poemas
y porque toda respuesta la leo en tus ojos,
en el color "noche perfecta" de tus pupilas
-bailarinas de vals bajo tus pestañas-.
Tus ojos me envuelven para abrigar mi soledad,
me canta la luna,
mientras una calle de nuestro pueblo espera
con su farol un beso, una sonrisa
y una mirada tuya, perpetuada en la mía.


             Fábrica de llanto

Noto que no importa que las noches
sean de colores o insufriblemente oscuras:
en la fábrica del llanto, los trabajadores
pasan horas haciendo de las lágrimas,
preciosas perlas.
Se equivocan quienes piensan
que ellos cantan sus penas
y van dejándolas a la vera del destino.
No. Ahí van ellas, anegando las calles
y haciendo del dolor, una fábrica de llanto.

                Herencia

“Mi historia es una casa que envejece con sus recintos intactos.”

En un libro que nunca se desgasta
están tatuadas las huellas de mi herencia:
es el diario de un alma enamorada
que persigue la luz cada mañana.
Con ojos de niño persigo estrellas
soñando alcanzarlas un día.
Es un legado delicadamente construido
con puntadas sin dedal
y tinta de nudos desatados,
forjados en invisibles
e imposibles batallas.
Persigo esas huellas por laberintos
que en ires y venires me trazan una meta,
un descanso
y una respuesta oportuna
en el ocaso.

           Beso detenido
         
           "Vuelvo a ser ese ropaje huérfano
           colgado en la estantería del olvido."


¿A dónde va a parar el beso
que a punto de entregarse,
queda detenido en el vacío?
El índice por enésima vez
lo silencia,
desgasta la huella dactilar
sin poder escapar del grito
que se ahoga en la mirada.
Confinado al exilio
es su prisión el cristal
de una lágrima
Ahí permanece
devastado,
urgido,
decidido
a vivir apolillado,
sabe que engrosará el poemario
de besos inconclusos
que de tanto repasarlo
queda descuadernado
en la ventana siempre alerta
de sus ojos.


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