Escritora
independiente nacida en el Departamento de Quindío, Colombia y radicada en la
ciudad de Bogotá. Asiste como invitada a encuentros literarios en varias
ciudades colombianas y participa en recitales de poesía. Ha obtenido varios
reconocimientos por su calidad literaria en concursos y festivales de poesía.
Parte de su obra ha sido publicada en antologías y revistas, pero la mayoría de
sus poemas siguen inéditos.
Es integrante del Grupo Poético Esperanza y Arena, colectivo
con 27 años de experiencia en Talleres de Creación literaria.
Tiene 3 libros preparados, aún sin editar y que se
titulan: “Brillos de la noche”, “Zaguán de palabras” y “Desde el alma”, este
último próximo a publicarse.
ALGUNOS DE SUS POEMAS
Amor ciego
Imagino tus ojos ausentes de
mirada,
entonces me apuro a tatuarla en
la mía para no olvidarla.
¿Por qué?
Porque así yo quiero, porque se
me antoja,
porque ha dejado invisibles
huellas
de amor crucificado en poemas
y porque toda respuesta la leo
en tus ojos,
en el color "noche
perfecta" de tus pupilas
-bailarinas de vals bajo tus
pestañas-.
Tus ojos me envuelven para
abrigar mi soledad,
me canta la luna,
mientras una calle de nuestro
pueblo espera
con su farol un beso, una
sonrisa
y una mirada tuya, perpetuada en
la mía.
Fábrica de llanto
Noto que no importa que las
noches
sean de colores o
insufriblemente oscuras:
en la fábrica del llanto, los
trabajadores
pasan horas haciendo de las
lágrimas,
preciosas perlas.
Se equivocan quienes piensan
que ellos cantan sus penas
y van dejándolas a la vera del
destino.
No. Ahí van ellas, anegando las
calles
y haciendo del dolor, una
fábrica de llanto.
Herencia
“Mi
historia es una casa que envejece con sus recintos intactos.”
En un libro que nunca se
desgasta
están tatuadas las huellas de mi
herencia:
es el diario de un alma
enamorada
que persigue la luz cada mañana.
Con ojos de niño persigo
estrellas
soñando alcanzarlas un día.
Es un legado delicadamente
construido
con puntadas sin dedal
y tinta de nudos desatados,
forjados en invisibles
e imposibles batallas.
Persigo esas huellas por
laberintos
que en ires y venires me trazan
una meta,
un descanso
y una respuesta oportuna
en el ocaso.
Beso detenido
"Vuelvo a ser ese ropaje huérfano
colgado en la estantería del olvido."
¿A dónde va a parar el beso
que a punto de entregarse,
queda detenido en el vacío?
El índice por enésima vez
lo silencia,
desgasta la huella dactilar
sin poder escapar del grito
que se ahoga en la mirada.
Confinado al exilio
es su prisión el cristal
de una lágrima
Ahí permanece
devastado,
urgido,
decidido
a vivir apolillado,
sabe que engrosará el poemario
de besos inconclusos
que de tanto repasarlo
queda descuadernado
en la ventana siempre alerta
de sus ojos.
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