martes, 2 de mayo de 2017

TRES POEMAS TRISTES


Uno de los integrantes de nuestro grupo poético 'Esperanza y Arena', Darío Iturregui, nos complace con el hervor de su poesía y nos deleita con tres de sus poemas, expuestos a continuación:

TRES POEMAS TRISTES





      ELEGÍA

       
            Por la olvidada Mocoa,
            cuando nos enteramos 
            de su horrible catástrofe. 

        
         I

¡Ay, negro cielo de abril en sus comienzos!
Amanecer de sábado... sábado en tarde
... anochecer de nuevo sin estrellas...
¡Rueda la tempestad!
¡Oscuras aguas se han derramado todas!
¿Dónde pondrán las manos esta cosecha horrenda
de sangre y llanto, roca y muerte, árboles partidos
y casas arrancadas por el lodo?
Lóbrega está Mocoa, tristes los muertos.
Niños y adultos acurrucados lloran
sin salir de su espanto.


        II

¡Ay, qué helada está la noche... y el dolor qué solo está!

¡Cientos de muertos!

¡Cientos de heridos!
¡Cientos de huérfanos!
¡Cientos de desaparecidos!...
Vociferan, gritan los pobladores con sus opacas voces,
dolor amargo de los que sobreviven...
Padres, madres, hijos,... abuelos,
eslabones rotos de la Mocoa antigua,
sangres que la avalancha ha revuelto con todo...

ventanas, puertas, pantallas, motos, mesas,

platos, cuadernos, maletines, cometas... todo revuelto
sumado a la miseria de los pobres de siempre.


        III

Un perro joven herido, echado yace en el lodo

en frente de lo que fuera la casa de sus amores.


La calle ha desaparecido, el barrio ha sido arrasado 

¡ay, hasta el hondo abismo!....
Del alto bajan las gentes entre gritos y plegarias 
y blasfemias de  impotencia.

¡Ay, por la maldición del cielo y la humana negligencia!


       IV




El Putumayo se queja, todos lloran a Mocoa.

Las manos del viento la estremecen y se alejan.

Los hombres vivimos ciegos con la sombra desolada
                                                 y la pobre alma muerta... 
en vez de vivir unidos... sin ojos llenos de pena.

La tarea está por hacer en el pulmón de la Tierra .
El eco de las montañas
ásperamente repite el lamento de los ríos


                                                   en el llano y en la selva. 


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BITÁCORA DE LOS NIÑOS MUERTOS


¡El pueblo se ha hecho presente
entre el pantano y las rocas

llorando por sus retoños!

¿Adónde los llevó el río,
si en la tarde habían jugado
entre sus frescos abrazos?

¿Quién es la de voz medrosa
que los llamaba en la noche
sobre el río de las cruces?

¿En qué aguas cenagosas
han ido a morir los sueños
que los niños no vivieron?

¿Y sus amores de niños
y sus labios primorosos
y sus castillos de arena
y el brillo de sus ojos...
renacerán en las flores
cuando broten en el lodo?


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MARCHA DEL PUEBLO


Redoble de los tambores.
Lamento de las cornetas.
Se abren de par en par las puertas del cementerio.
El ruido de la montaña rodando aguas abajo 
de este fatídico abril será recordado siempre 
en San Miguel de Mocoa, la Ciudad Nueva.
Y los barrios con sus calles serán nombrados igual
que aquí en la vieja Mocoa, flor marchita entre las hojas



                                             de su historia y su leyenda.

Mocoa de Nativos que nunca se sometieron,
Mocoa de la Colonia, Mocoa de la República, Mocoa del Exterminio 
pues  han robado sus tierras y saqueado sus riquezas...


Redoble de los tambores.

Lamento de las cornetas.


Darío Iturregui Duque
-Integrante del Grupo Esperanza y Arena, de Bogotá-.
Armenia, Q. Abril 29 de 2017