lunes, 22 de enero de 2018

POEMAS INFANTILES DE GUILLERMO QUIJANO





Ha publicado:                                                      
Arco Iris de Esperanza. Poemas ; Huellas de Pálido Silencio . Poemas
Crispín de los Siete Mares . Poemas para niños . Paco Cachetes  (Panamericana Editorial) Poemas para niños. La Danza de los fantasmas (Poemas para niños); La  Herencia de Toñita Perales Novela para niños; Las últimas lunas de Chandoski. Novela Juvenil; Rimáfulas. Poemas para niños; Liberen a Angie. Novela para niños; El Abezoodario de María Dulzaina; Un, dos, tres… ¡Por mi abuela!; Isaura, Amor en las tinieblas; Nacha Gallineri y otras cuantas carantoñas; Poporrichi. Editorial Tiempo de Leer;  Espaguetis y Macarrones. La Doctora Cantimplora. (Ed. Atenea)

Distinciones:
 Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Carlos Martín  en 2014; el Premio IDEP de Innovaciones Educativas 2009, ganador de Beca de Creación en Literatura Infantil del Departamento de Santander en 2013 y 2015, 2017;  finalista en el Premio de Literatura Infantil Gabriela Mistral, del Premio de Literatura Infantil  Diario del Huila y del Concurso de Poesía Encina de la Cañada en Madrid España.

¡QUÉ FALLA TAN GRANDE!

Las madres son lindas,
son casi perfectas,
el Dios de los cielos
las hizo maestras,
mas un gran defecto
dejó en todas ellas:
hacer que los niños,
en taza o cazuela,
tomemos con gusto
la sopa o la crema.

¡Qué falla tan grande!
¡Qué cosa monstruosa!
hacer que los niños,
tomemos la sopa.

Tan sólo un poquito
le dicen a uno,
son tres cucharitas,
así… sin apuros.

Ésta… por tu papi,
ésta por… mamita,
y así lentamente,
la tomas todita,
tú haciendo pucheros,
tu madre risitas.

¿Estamos de acuerdo?
¡Es todo un defecto!

¡Qué falla tan grande!
¡Qué cosa monstruosa!
hacer que los niños
tomemos la sopa.


UNA BRUJA MODERNA


Las brujas nunca existieron,
me dijo un día mamá,
las inventaron en Grecia
porque querían asustar
a algunos niños rebeldes
que se portaban muy mal.

Yo había escuchado siempre
que esos seres en verdad,
preparaban sus menjurjes
con paticas de alacrán
y les daban a los niños
a la hora de almorzar.

                   Habitaban en los bosques,
  muy lejos de la ciudad,
  rodeadas de serpientes
y del pájaro macuá,
 que siempre les avisaba
   si alguien iba a importunar.


A media noche se iban,
no en una nave espacial,
sino en una vieja escoba
sacada del matorral
cuando rayos y centellas
comenzaban a alumbrar.

Aunque mi madre me dijo
que ahora no existen ya,
yo no he querido creerle
pues he visto una especial
que se asoma a mi ventana
cuando me voy a acostar.

Es la bruja más moderna
de toda la capital,
no invoca a los espíritus,
 los llama por celular,
usa crema de espinacas
y no patas de alacrán.

Volando en aspiradora,
recorre la gran ciudad,
espantando a los muchachos
que se quieren acercar
a su hija Carolina,
la más bella del rosal.

Cuando pienso en Carolina
aparece su mamá
al frente de mi ventana
porque me quiere asustar,
pero corro las cortinas
y se tiene que marchar.

Ella no sabe que tengo
la fórmula general
para alejar sus conjuros,
para apartar todo mal:
dos besos de Carolina
que yo no quiero borrar.






CHARITO CHÁVEZ

Charito Chávez Chacón,
Charito la charlatana,
es una chica chismosa,
engreída y chabacana.

Ocho chicos la trasnochan:
Pacho, Chepe, Pocho, Lucho,
Nacho, Juancho, el buen Chepe
y un chaval que llaman Chucho.

Su facha parece chiflis,
con más de mil chucherías,
disfruta chistes y chanzas
y en su cháchara confía.

Usa chales muy chillones,
y chaquetas de penacho,
cachemires y chancletas
y charol en los zapatos.

Come chuleta de chancho,
bizcochos y chocolates,
chicharrones con champaña,
chorizos con aguacate.

¡Ay  chava Charito Chávez!
vuelve tu rancho un chalet,
consíguete un bello coche
y un buen chamaco después.


  

EL MAGO BECEDERE

Yo no seré Harry Potter,
ni tampoco Chambacú
pero sí un experto mago,
de  traje negro y azul.

Mi magia me fue otorgada
por un ilustre chamán,
quien me confió su misterios,
traídos del más allá.

Como sé que son curiosos
voy a confiar en secreto,
un conjuro fabuloso
que infunde el mayor respeto:

Becedere, becedere,
clavelín y clavellina,
que vengan las cosas buenas
y se aleje la rutina”.

Después, aliste el bastón,
sacuda bien el sombrero,
sople fuerte, fuerte, fuerte
para ver a tres conejos

Becedere, becedere,
clavelín y clavellina,
la magia sólo se aprende
con esfuerzo y disciplina.

Si alguna vez al almuerzo
te dan sopa de habichuelas,
con tu conjuro la cambias
por un  postre de ciruelas.

Si de pronto te enamoras,
y la chica no te quiere:
clavelín y clavellina,
becedere, becedere.

La magia es algo muy serio,
pero no todo lo puede
hay cosas que se resisten
al famoso becedere.

Por ejemplo, no me dijo,
aquel ilustre chamán,
cómo obtener buenas notas,
sin tener que ir a estudiar.

Becedere becedere,
clavelín y clavellina,
ahí viene la profesora,
ella es también adivina.

Becedere, becedere,
esta historia aquí termina.


EL PIRATA Y MI MADRE



Alguna vez me contaron
de un gran pirata, su historia,
no usaba dulces palabras
ni santas jaculatorias.

Ese pirata ordinario,
además de ser gritón,
era experto en cantaleta,
su nombre: Juan Rococó

Desde entonces yo comparo
su figura irracional
con mi dulce y tierna madre
cuando empieza a regañar.

“!Que te levantes te digo,
que tienes que ir a estudiar!
¡cepilla bien esos dientes
y ven a desayunar!

¡Alista ya tus cuadernos!
¡no me vayas a chistar!
que tienes que ser un hombre,
no un vago ni un haragán.

¡Péinate pronto el cabello!
¡Ordena bien tus ideas!
¿Lustraste ya los zapatos?
¿Terminaste las tareas?”

Y llega pronto a mi mente
el pirata con su loro,
que tiene espada acerada
y  un pequeño diente de oro.

Gracias mamita querida,
yo sé que quieres mi bien,
pero con tantos sermones,
me vas a volver un tres.

Quiero verte siempre dulce,
tú, la más bella mujer;
si me hablas con cariño
siempre te voy a entender.

Que se vaya de mi mente
el pirata Rococó,
que mi madre es todo un ángel,
con la más preciosa voz.


EL SOLDADO DE LA PAZ

  
Soy soldado
no de guerras,
soy soldado
de la paz.

Tengo armas
muy seguras,
la sonrisa
y la bondad.

Siembro rosas
en el cielo,
canto himnos
de amistad.

Doy la mano
con cariño,
con respeto
y dignidad.

Con orgullo
digo siempre,
soy soldado
de la paz.


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