"Para Francoise Hardy / a la orilla del Sena"
Bob Dylan.
...Hola, Soledad. Te venía contando lo
que Dylan Thomas nos indujo a escribir y lo que Bob, su pupilo, pudo haber
cantado en verso. Marineros en tierra en los años 60 -cantó Alberti- acá en el
centro, en frágiles embarcaciones, es decir, bicicletas y en general de a pie,
enfrentamos elementos inciertos, policías trepados en los mangos del pueblo,
francamente peligrosos ellos, y en el batallón soldaditos de plomo, campesinos
en su mayoría y analfabetos; tempestades de alcohol con Pedro Infante a la
cabeza, incendios pulmonares de Pielrojas sin filtro, quemas de pastizales
cerca al río por física maldad; esporádicas peleas a la salida del colegio, en
lucha libre o a mordisco limpio, mientras Julio Sosa alternaba con Gardel la
famosa Cumparsita.
Era el tiempo de las invitaciones de
izquierda, reafirmada en los 30 y recrudecida en el 48 con el asesinato de
Gaitán; los periódicos a veces lo comentaban: armados unos con pistolas
hechizas y escopetas de fistol, buscadores de un nuevo orden con justicia
social, teorizantes otros en cafés y colegios; por otro lado, derechas
azuzadoras acostumbradas a lo de siempre, con los de siempre; grupos de centro
que servían de palanca a los extremos; presidentes y expresidentes que
ampliaban sus poderes al estilo Napoleón -como algunos hacen hoy- y un Senado
que alimentaba la concentración de la riqueza en pocas manos, igual que hoy.
Afuera, Johnson y Kossigin se reúnen
ampliamente, comen ampliamente y ríen ampliamente. China comunista dice sí a la
bomba atómica. Tirios y troyanos -sabios científicos de las potencias- trabajan
con intensidad para mejorar de una vez por todas esos comprimidos nucleares,...
Entre tanto, el resto de la tecnología pasmosa incólume avanzaba, igual que
ahora. Y el amor, ah el amor -los celos, los odios, de bellas ninfas y de
eritnias sojuzgadas, maltratadas, y de muchachos machistas, de faunos
homosexuales y de no pocos bisexuales- como a vulcanos mancos u odiseos
enfermos, nos vapuleaba al viento sin remedio, tanto fue así, que la revolución
de los peludos intelectuales se quedó en veremos.
Soledad, las mejores anécdotas se
dieron con el Mayo francés. París era una fiesta. Colombia, per se, también era
una fiesta y bastante complicada. Aquí en casa, Gonzalo Arango y sus secuaces
poetas hacían reventar de rabia a papis y mamis y, en general, tallaban de pura
piedra a la alcanforada burguesía con sus ingeniosas naderías. El viejo
Fernando González (de Viaje a Pie) cogíase de la risa la barriga, animándolos a
continuar las embarradas de sus inconscientes espíritus. Entonces el Frente
Nacional estaba en forma: los dos rancios partidos, tan hermanos ellos,
guardaron sus pistolas -las más largas- al mejor estilo mejicano y se
repartieron el poder por la mitad -lo que tanto buscaban-, ¿acaso no éramos
occidentales civilizados?
La
educación (¡!), la educación escolar con sus modelos (liberal, democrático,
antimarginal, crítico, etcétera) surgidos desde la toma de La Bastilla (1789),
rica tentación fue para unos y otros -los de siempre y los nuevos-, cada uno en
su espacio explicaba y daba razón de todo, cada quien producía, tal vez muy a
su pesar, un discurso cerrado excluyente de otras explicaciones -cierta
globalización en ese entonces-, y cumplieron con distorsiones su objetivo, pues
los del poder siempre sabían lo que hacían, no la academia. Así, la cultura
debía ser una; la educación, una; la ciencia, una; el mundo, uno,...sin
orientalismos ni andinismos, sin variantes ni pluralismos. Que lo digan si no,
Europa y Norteamérica.
Tú
eras una niña entonces, por eso te cuento en prosa lo que Bob Dylan cantó en
versos poéticos. No sería mayo, aunque sí el 68, y pronunciábamos mal
oiseau, oui, merci, Sartre, Rousseau, Camus. Por aquellos meses, yanquis
y rusos se reparten sus influencias sobre el globo. En Viet Nam, suicidas
bonzos protestan a católicos ventajosos que les impiden los templos al santo
Buda. En Saigón, ejércitos fratricidas por doquier disparan su metralla. Un
poco más abajo, en la Cochinchina, el invasor gringo suma sus matanzas. -En
la Life, la revista famosa de portadas brillantes, desnuda la pobre
niña amarilla corre despavorida al ser quemada por una bomba napalm, presa de
horror sus hermanitos la miran pasar como en una pesadilla-. Árabes y judíos se
matan en la "Guerra de los seis días". Rusia invade a los checos.
Estados Unidos a los dominicanos. Soviéticos proárabes, norteamericanos
projudíos. Cuba desconfía hasta de Pablo Neruda. (Acá en nuestro patio trasero,
muere olvidada María Cano, mientras el Frente Nacional está feliz porque
las pistolas apuntan contra las guerrillas liberales de las Farc y contra los
campesinos más pobres y arrinconados; a su vez, todos los anteriores
continúan arrinconando a los indígenas). El terror nuclear cubre la Tierra
-igual que hoy. Los callados pacifistas vociferan.
A
grandes rasgos te bosquejo diversos acontecimientos, también con la intención
de que sepas cómo se desperdició una excelente oportunidad en aquel tiempo.
Líderes de unos y otros países no tuvieron la visión ni el desapego, el
desapego del alto poder que detentaban, la visión que el tiempo reclamaba. Se
tuvieron a mano ideas, conceptos, poder y técnicas diferentes del pasado humano
-y hasta de su naturaleza-. Sin embargo, los poderosos solamente pensaron en
sus egoísmos y en perfeccionar las explosiones, la energía, las máquinas y los
plaguicidas con un ahínco capaz de aniquilar pueblos y naciones enteras,
inclusive toda la vida del planeta. La historia, la razón, el progreso, la
justicia social, la libertad real de pensamiento, fuéronse desdibujando... en el
agua, en la tierra, en el aire y en el fuego. El género humano mostróse corto,
inepto para resolver los problemas económicos y sociales que doblegaban a los
pueblos, al mundo entero. Hoy, Soledad, el 90% nos estamos convirtiendo
en limosneros. Razón tenía el filósofo: el enemigo está aquí detrás del pecho.
O si lo prefieres: "el sapo negro que saltó de la primera charca
del mundo / y está aquí, aquí, aquí, agazapado en mis sesos, / sin dejarme ver
el Amor y la Justicia." /.../ como cantó el andariego León Felipe
en los años 40, Dylan Thomas a inicios de los 50 y Bob Dylan a finales de
los 60. Nos aniquilamos por la economía y por la explotación salvaje y
desventajosa sobre las mayorías, no es tanto el interés por el conocimiento ni
por el bienestar de la especie. El hombre libre no existe. El presente es
una peste. Las bombas ya son perfectas.
Darío Iturregui D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario